Stitch está de vuelta: Disney reinventa la nostalgia con una campaña galáctica

América Leyva/Filoletras

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La espera por uno de los remakes más entrañables de Disney está por terminar. La versión live action de Lilo & Stitch, que se estrenará en salas de cine este mes, ha despertado nostalgia y expectación entre los fanáticos del clásico animado de 2002. Pero más allá del regreso del tierno pero travieso experimento 626, ha sido la estrategia de marketing la que ha capturado la atención del público y de la industria.

Con una campaña que combina nostalgia, interacción y humor, Disney ha desplegado un arsenal de acciones creativas para anunciar el retorno de Stitch, el extraterrestre azul que conquistó al mundo hace más de dos décadas. Desde campañas en redes sociales hasta experiencias inmersivas, la promoción de la película ha roto moldes.

Una de las estrategias más comentadas ha sido la aparición de “Stitch travieso” en cuentas oficiales de otras franquicias de Disney. En Instagram, por ejemplo, el personaje ha “hackeado” publicaciones de Frozen, Toy Story y Star Wars, dejando su marca con grafitis alienígenas o selfies mal encuadradas. Estas intervenciones digitales fueron acompañadas por reacciones en tono humorístico de los personajes “afectados”, generando una narrativa paralela que se volvió viral.

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Otra apuesta destacada fue la instalación de un Ohana Café temporal en Honolulu, ambientado con detalles que replican el hogar de Lilo. Los visitantes pudieron tomar “batidos galácticos”, aprender a bailar hula y tomarse fotos con un Stitch animatrónico que reaccionaba en tiempo real. La experiencia fue gratuita pero requería registro anticipado, agotando sus reservas en menos de 24 horas.

Dirigida por Dean Fleischer Camp (Marcel the Shell with Shoes On), la película promete mantener el corazón de la historia —la relación entre una niña solitaria y una criatura que busca pertenecer— con una mezcla renovada de comedia, ternura y aventuras intergalácticas.

Con este ambicioso y emocional regreso, Disney no solo reintroduce a una de sus duplas más queridas, sino que demuestra que el marketing contemporáneo debe ir más allá del anuncio tradicional, apostando por la conexión emocional y el juego con los recuerdos del público. Porque como dijo Lilo: “Ohana significa familia. Y la familia nunca se abandona... ni se olvida”.