¿Se puede odiar la escritura siendo estudiante de literatura?
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- 27 jun
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Zaire Vázquez| Filoletras
27 de junio de 2025
Dicen que los escritores escriben porque aman hacerlo, esto se debe a que la escritura es un medio de escape. Cada palabra equivale a lo que el autor no es capaz de decir en voz alta. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando el autor es un estudiante universitario con acumulación de estrés debido a las entregas o evaluaciones finales?
Ser estudiante de Letras no es fácil: te enfrentas a exámenes, proyectos, la tesis, aquellas actividades académicas donde permaneces sentado y terminas con un dolor insoportable de espalda y cuello (aunque resulta fructífero), un horario de sueño desorganizado, una posible taquicardia por consumir cinco tazas de café al día para poder rendir o una tos agresiva por el consumo de tabaco. ¿Castigo o premio? Porque hay que ser realistas, somos masoquistas y nos encanta la mala vida.
Antes de sacar conclusiones precipitadas, no estoy siendo pesimista al desacreditar la carrera de Literatura, pero tampoco la idealizo. Es más, enumeraré algunos puntos favorables de estudiarla en la Facultad de Filosofía y Letras: lees todo el tiempo, conoces nuevos autores, obras… los docentes conocen demasiadas cosas, tanto que sus clases son gratas de escuchar (son extraordinarios) y el ambiente es cálido, nadie te juzga.
Ahora, me atrevo a colocar la contraparte: todo el tiempo debes escribir (evidente en una carrera de Letras), tanto que en ocasiones se vuelve abrumador, desencadenando estrés, bloqueos, frustraciones y cansancio. ¿Se puede odiar la escritura? Sí.
He aquí un escenario nada alejado de la realidad: es miércoles, el reloj de la computadora marca 1:30 a. m., por los altavoces suena una canción de Bad Bunny, porque debes obtener ánimo de cualquier modo. Estás en Word, mañana debes entregar un ensayo de mínimo seis cuartillas, llevas dos cuartillas y media desde hace dos horas, no avanzas y la frustración se asoma. Comienzas a maldecir todo, a todos, pero más a ti mismo, porque te sientes insuficiente. El impulso de borrar todo incrementa, odias escribir, odias el hecho de tus dedos presionando cada tecla y odias que tus palabras no tengan sentido.
Al mismo tiempo una vocecilla susurra desde un rincón de tu mente “ya duerme, lo finalizas una hora antes de la entrega. Trabajas mejor bajo presión”. Y le haces caso. Spoiler: entregas un ensayo “bueno”, donde el profesor te hará correcciones hasta de tu nombre, pero obtienes mínimo un 7 y te parece suficiente.
¿Cuál es la finalidad de esto? Bueno, existen momentos donde odias escribir; no te sientas culpable, es normal, porque lo es, ¿no? Aún así, logras avanzar, no sé de dónde ni cómo, pero lo haces. Quizá es el gusto por derramar palabras con el objetivo de expresarse o, en otras ocasiones, para la entrega de una reseña o ensayo sobre una obra literaria vista durante el parcial.
Si te identificas con lo mencionado anteriormente, te dejo un tip: respira, toma un break, termina esa serie que te ha enganchado o lee ese manga, no dejes tirada la carrera (por favor), son momentos de “bajón”, pero te prometo que los pasas.
Una cosa más, estudiante de Letras: no dejes tu relación con la escritura, por más difícil que sea, porque la escritura permite un desarrollo en la redacción y te das cuenta de ello. Sólo haz un comparativo de tus primeros trabajos con los de este momento, ¿lo notas? Por último, recuerda, la escritura es la única relación dependiente que debes aceptar en tu vida.
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