Ser espectadora de la Feria Internenacional del Sarape. El sol brilla para todos
- uatxfiloletras
- 5 jun
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Dulce González/ Filoletras
Siempre escuchamos hablar del orgullo de nuestras raíces, pero encontrar ese sentido de pertenencia cultural no es tarea fácil, sobre todo cuando no conocemos bien la historia de nuestro pueblo. Sin embargo, cuando somos conscientes del esfuerzo que implica vivir de lo que se aprende, es imposible no admirar a quienes preservan la identidad del lugar donde nacimos.
Contla de Juan Cuamatzin es un pueblo lleno de color y vida, donde los adultos aún recuerdan los apodos de la infancia y saben perfectamente dónde vive cada vecino. Tiene su propia leyenda y una rica tradición, pero como dice el dicho, “nadie es profeta en su tierra”. A veces parece que, justo en los lugares de origen, se pierde el aprecio por lo que se crea con las manos, con herencia y con historia. Pero también está la otra cara de la moneda: el entusiasmo, la alegría de compartir, crecer, descubrir y vivir nuevas oportunidades. Así fue como nos encontramos con un panorama vibrante al investigar sobre lo que sería la Primera Feria Internacional del Sarape.
Las críticas no tardaron en aparecer y los comentarios llenos de desconocimiento se hicieron notar. Para muchos contlences, la idea de un proyecto tan grande como el hermanamiento de un pueblo parecía innecesaria, incluso absurda. Muchos opinaron desde la comodidad y el entretenimiento, sin pensar en el esfuerzo de los artesanos que han dedicado su vida a destacar con un trabajo que nace desde el corazón. Ante esta situación, decidimos escribir una nota sobre el evento, porque sabíamos que sería algo histórico, algo que no podía pasarse por alto.
Gracias a nuestra iniciativa de compartir un adelanto de lo que se viviría los días 23, 24 y 25 de mayo, descubrimos que reconocer y valorar lo que nos importa deja huella. Como resultado, recibimos una generosa invitación por parte del licenciado Ulises Netzahuat, quien nos mostró que las personas comprometidas con sus raíces no solo escuchan a otros, sino que también los impulsan a estar a su lado.
Lamentablemente, cuando llegó el momento de publicar la invitación, el grupo académico detrás de esta humilde página enfrentó una gran pérdida: la partida de un amigo y colega. Su ausencia nos dejó un vacío profundo y el sistema quedó paralizado por el duelo. En honor a su memoria, decidimos hacer una pausa y guardar el respeto que su partida merecía.
Los tres días tan esperados por fin llegaron, y desde temprano, una estudiante se preparó con entusiasmo para no perderse ni un solo momento del evento. La jornada arrancó con Ivonne Roldán Xolocotzi encabezando un momento histórico: el hermanamiento entre Contla y la República Popular Democrática de Corea. En representación de Corea, estuvo su embajador, Song Sun Ryong, acompañado por Socorro Oropeza, quien presentó la Feria Internacional "Las Manos del Mundo". Todos ellos lograron transmitir un mensaje inspirador: reconocer a los artistas presentes y valorar su trabajo como un legado que sigue creciendo con el tiempo. Para sellar este hermanamiento, cada uno estampó su firma sobre una roca en medio del mercado de artesanías, un gesto que quedó marcado para la historia.
Más tarde, Contla mostró lo que lo hace único: el arte que nace de manos expertas, la música que vibra en los corazones y la alegría del carnaval que corre por sus calles. En honor a la importancia de nuestros abuelos y ancianos, el grupo de adultos de la Casa del Abuelo presentó el tradicional xochipitzahuatl. Entre risas y emoción, los invitados fueron invitados a sumarse al clásico baile de carnaval contleco, convirtiendo el evento en una verdadera fiesta.
A partir de ahí, el programa se llenó de actividades para disfrutar. La presidenta, el embajador coreano, la licenciada Oropeza y el equipo organizador recorrieron cada puesto, descubriendo la riqueza artesanal de diversos lugares. Textiles, talavera, madera, palma, cuentas, sarapes y comida típica se hicieron protagonistas. La presencia de los invitados de Turquía y Argentina añadió un toque especial, compartiendo un poco de su gastronomía, cultura y artesanía con quienes se animaron a conocer todo lo que tenían para ofrecer.
Después de dos días repletos de música, danza, talento y una impresionante pasarela de moda e innovación textil, Contla cerró estos magníficos días con otro emotivo hermanamiento, esta vez con Nicaragua. El embajador Juan Carlos Gutiérrez Madrigal estampó su firma en la placa del centro de la plaza, dejando un testimonio de que, sin importar la distancia, los lazos culturales nos unen como hilos bajo el mismo sol y la misma luna.
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