top of page

Entre lana y agujas: una vida de tejido

  • uatxfiloletras
  • 12 may
  • 2 Min. de lectura

Entrevista

Daniela Juárez/Filoletras


Por décadas, el tejido fue parte esencial en la vida de Doña Cruz Márquez, una mujer que desde la infancia encontró en la lana no solo una afición, sino también una herramienta de sustento y expresión personal. Nacida en un entorno donde las labores manuales eran parte del día a día, aprendió el oficio a través de la observación, guiada por su madre y más tarde por una rigurosa formación escolar.

“El tejido era parte de los talleres de aquel entonces. La maestra contaba los puntos uno a uno. Si algo no quedaba bien, había que deshacerlo todo y empezar de nuevo”, recuerda. Aquella disciplina, combinada con la práctica constante, forjó una base sólida en su técnica, que con los años evolucionaría al ritmo de los cambios sociales y tecnológicos.

Aunque reconoce que se trata de un trabajo complejo, doña Cruz también subraya que la clave está en tres elementos: paciencia, precisión y perseverancia. “No es solo cuestión de habilidad con las manos. Hay que tener cabeza fría, concentración y mucho empeño”, explica.

Con el tiempo, la tradición oral del tejido dio paso a nuevas formas de aprendizaje. Doña Cruz no solo aceptó estos cambios, sino que los incorporó en su práctica. “Ahora hay videos en YouTube donde uno puede ver técnicas modernas. He aprendido cosas que antes no conocía. Eso me parece muy positivo, porque el tejido también evoluciona”, comenta.

Durante años, confeccionó todo tipo de prendas: desde bufandas y gorros hasta piezas más elaboradas como vestidos. Este oficio, además de ser una pasión, fue su fuente de ingresos por largo tiempo. No obstante, hoy lo practica con menos frecuencia. Los dolores de espalda y el desgaste de la vista se han vuelto obstáculos constantes. Aun así, no se queja. “Son cosas que vienen con la edad y es parte del mismo tejido. Pero mientras pueda, lo seguiré haciendo, aunque sea un poco”.

Hoy, a pesar de las limitaciones físicas, Doña Cruz valora lo que el tejido le dejó: experiencia, autonomía y una conexión constante con su creatividad. Su historia es reflejo de muchas mujeres que, sin grandes titulares, han mantenido vivas las técnicas tradicionales, adaptándolas a los nuevos tiempos.



 
 
 

Comments


  • White Facebook Icon
  • White Instagram Icon
  • White Twitter Icon
  • White YouTube Icon
  • White Vimeo Icon
bottom of page